Peligro: La siguiente historia es extrema, narra los hechos de la vida de Ana Yeti (Xtrema), todo lo que se escribe a continuación es real y puede resultar perturbador para algunas personas. Por favor, retire a los niños de la pantalla si no quiere que acaben oyendo voces como yo.
Como recordarán, Ana Yeti es hija y sobrina de Chuck Mesías y su esposa, cuando nació, el Mesías no la quería reconocer, dijo: “no, esa no es mía, sabe de donde la sacarían”, como cuando descompuso los aceleradores de partículas también dijo: “no, esa cosa yo no la descompuse, ni siquiera sabía que la teníamos, sabe de donde la sacarían” y cuando choco su automóvil se fue corriendo y dejo a su esposa encerrada en el carro, y cuando llegó la policía a su casa también les dijo: “no, yo no choqué esa cosa, ni conozco a esa mujer, sabe de dónde la sacarían”. Desde aquel día Ana Yeti le dejó de hablar a su papá y se cambió el nombre de Ana Yeti Mesías a Ana Yeti Xtrema, además de inventar una historia inverosímil de que el Chuck no era su papá, que era adoptada y que venía del cielo.
Ana Yeti huyó de su casa un día lluvioso por la noche, sólo llevaba consigo un par de pantalones. A los 10 minutos regresó, dicen que porque no tenía a donde más ir, otros dicen que porque la gente que se va no acostumbra irse semidesnuda.
Cuando Chuck Mesías murió, o al menos logró fingir su muerte para intentar cobrar un seguro (que aun no adquiría), Ana Yeti, la mayor de sus hijas, decidió que ya era tiempo de conseguirse un trabajo, un trabajo serio, porque cobrar como maestro “comisionado” en una nómina secreta no es trabajo. Y así fue como Ana Yeti se dio cuenta que el dinero no crece en los arboles, a menos que siembres droga o arboles frutales.
Uno pensaría que con cuatro carreras, tres posgrado en el extranjero y haber cursado un diplomado en el CNCI sería suficiente para un trabajo de velador o en un Oxxo, pero no, de hecho lo del CNCI le restaba créditos. Una noche mientras Ana Yeti iba a la feria con sus papás, supo que lo suyo era vivir en la feria, pero no contaba con que la idea de sus papás era abandonarla y lo hicieron, los psicólogos te pueden decir que una persona normal a sus 29 años ya sabe como regresar sólo a su casa, o por lo menos se saben la dirección. Los psicólogos te pueden decir que Ana Yeti estaba mal, enserio, mal de su cabeza.
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¿Recuerdan al hombre bala que casi muere al quedarse atorado en el cañón el verano pasado? ese que lavaba a los elefantes para conseguir un poco de dinero, se llamaba Chuy Topers, y no, no vendía tupperware, fue mi maestro de filosofía durante 3 largos meses, menos los viernes y los martes porque esos días no iba. Durante el verano se dedicaba a su pasión, las carnes asadas y cuando se le acababa el dinero o terminaba ebrio, le daba por trabajar en los circos. Tenía demasiados traumas que acarreaba desde la niñez (como todos), cada noche se despertaba chorreando de sudor, llorando y gritando “¡en la cara no, que soy artista!”.
Su hija mayor nos contaba que hace años durante esas fiestas back 2 school, mientras Chuy Topers regresaba medio drogado y cargado por sus compañeros, y como siempre que estaba ebrio (o dando clase) le daba por empezar a decir que el había estudiado carate en el extranjero y que el brus lee había sido como su papá y el maestro rochi como su mamá, y que él era cinta negra desde los cinco años, pues a sus compañeros se les acabó la paciencia así que lo llevaron al departamento del padre de uno de ellos, lo tiraron en el baño y le orinaron la cara, luego salieron y le prendieron fuego al edificio. Dicen que Topers no lo soportaba, y que con sólo mencionar la palabra “orinar en la cara” le daba por gritar y morder a la gente.
Y se preguntarán ¿Chuy Topers qué tiene que ver?, pues nada, es que la vida de Ana Yeti es demasiado gris y aburrida. Cuando sus papás la abandonaron en la feria, Chuy Toppers le consiguió trabajo en el circo como la mujer mamada (osea fuerte), pero a los dos meses despidieron a Topers porque había subido de peso y se atoraba en el cañón, a Ana Yeti la despidieron porque la descubrieron metiendo palomitas de contrabando.
Ana Yeti logró sobrevivir algún tiempo robando tapones a los carros, produciendo anuncios de perfumes para la tv y vendiendo gotas de tepescohuite en propaganda con “garantía de devolución de su dinero”.
Luego, en uno de esos rodeos de entrada gratuita donde los toros se están cayendo de hambre y un locutor de algún estación chafa de radio la hace de payaso para atraer público, Ana Yeti descubrió lo que se volvería su pasión por el resto de su vida, además de los lentes de trailero. Desde aquel día, todas las noches, después de lavar los baños del supermercado donde trabajaba, podías verla montada en unos de esos carritos tragamonedas para niños que hay afuera de las tiendas, o kiddie rides con formas de caballos, bochos o helicópteros. Inclusive, los del periódico Deforma le hicieron una entrevista que salió con el titulo de “Ana Yeti, la vieja loca que monta juegos para niños” para la sección de curiosidades del domingo.
Desde entonces, debido a los largos periodos de tiempo en que Ana Yeti se la pasaba montada en los carritos y caballos, además de la excesiva radiación recibida, sus piernas se volvieron deformes y las rodillas se le saltaron para afuera, otros dicen que inclusive por los prolongados periodos de exposición sus hormonas mutaron y ahora se esta convirtiendo en hombre, pero de eso no hay pruebas y es pura especulación.
Varios conocimos a Ana Yeti en uno de esos clubes políticos clandestinos, la gente suele pensar que son aburridos, pero si tienes una mente enferma, te gusta complotear contra otros y quieres aprender a disparar armas y hacer explosivos, este es el tipo de lugares que debes visitar, igual yo no tenia nada que hacer los martes por la tarde y iba por la comida que nos daban.
Sucedió que nosotros no teníamos membrecía para entrar a la organización, así que sólo nos dejaban pasar con pases de invitados y con la compañía de un adulto, un día nos dejaron solos con la computadora principal (mala idea), así que nos pusimos a ver porno y firmar metros. Luego sí, abrimos la base de datos de los miembros (y de los no miembros) y ahí estaba la información de cientos de conocidos, entre ellos Ana Yeti, y fue cuando se nos rebeló su obscuro pasado y presente y me dicen que también le ponga que su futuro, además de descubrir que su amante era el Ponchis Ponchis, que nosotros pensábamos que no existía. También estaba la foto del tipo raro que dijo que quería ser doctor y terminó vendiendo periódicos enfrente de la escuela y tratando de conquistar a la tesorera (puta), y que no es ni el jumangi, ni la niña, ni el zelda, ni tampoco el Luis Ángelo.
Luego nos corrieron y nos hicieron miembros non gratos porque les descompusimos la impresora, bueno, les descompuse la impresora, pero fue culpa de todos por no detenerme.
Según pudimos ver, desde hace muchos años (como 2), Ana Yeti había trabajado para el gobierno como infiltrada en grupos de izquierda para desestabilizarlos y luego comérselos. A veces la mandaban al pasado a salvar la vida de personas que serian importantes para movimientos futuros o futuros artistas, los fines de semana trabajaba como espía en un puesto de quesadillas y los lunes por la noche transportaba droga desde el sur del país y luego se la fumaba para el resto de la semana trabajar dando clases de Ciencias Sociales I al Luisillo, llevaba una vida algo activa.
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Dicen que la corrieron del supermercado donde trabajaba limpiando los baños porque daba mala imagen al negocio, dicen también, que aquel día juro vengarse de la sociedad por juzgarla lesbiana sólo por usar ropa vaquera y montar juegos para niños. Dicen que las noches lluviosas, cuando no hay ni un alma en la calle, Ana Yeti deambula por la ciudad en busca de venganza, la semana pasada atropelló un perro.
Algunos la hemos visto a plena luz del día caminando como si nada por la escuela, con sus lentes de trailero para que no se le note que va drogada, otros juran haberla visto matando zetas, este año ya asaltó un banco y se teme que desborde el río Grijalba y el Usumasinta en Tabasco.
Dicen que la vida de Ana Yeti es muy extrema, dicen que tal vez por eso es que produce 10 veces más adrenalina que un ser humano normal, como ese tal Max Estil. La última vez que la vi, iba corriendo (de manera extrema) desnuda en un bar de la Ciudad de México, algunos se quedaron boquiabiertos, pero a los que ya la conocíamos no nos sorprendió, no sería la primera ni, seguro, la última vez.
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